¿Celebrar mi cumpleaños en pleno duelo?
Desde que tengo uso de razón hago la cuenta regresiva para celebrar mi cumpleaños, así falten varios meses, yo empiezo: faltan tantos meses para mi cumpleaños, pero cuando pisamos el mes de mayo esa cuenta regresiva se intensifica, y continúo preguntando todos los días: ¿Quién cumple años en tantos días? ¿Quién?
La emoción por celebrar mi cumpleaños fue una semillita que sembró mi mamá en mí y la cultivó año tras año en vísperas de mis agasajos. Siempre conversábamos sobre el motivo, las invitaciones, y todo lo que yo quería hacer ese día. Y de verdad, lo que más me gustaba era que mi mamá me involucraba en todas las etapas.
Los años transcurriendo, y claro que pasé muchos cumpleaños sin mi mamá, pero de igual manera contaba con sus sugerencias para organizar. La distancia nunca fue un obstáculo para prodigarnos tanto amor, cada 27 de mayo siempre me hacía llegar tarjetas, manuscritos y pequeños regalitos envueltos con papeles coloridos.
Celebrar o no celebrar, he ahí el dilema
Este año, mayo comenzó diferente no había emoción para que llegara la fecha, al contrario, quería que el tiempo se detuviera, sentía miedo y temor de que la melancolía fuera mi única compañera ese día. También se sumaron sentimientos encontrados, un conflicto sentimental que involucraba el celebrar o no celebrar.
Y si de celebrar era, lograr la solidez espiritual para hacerlo sin ella, y para este propósito, estaba consciente de que si de verdad quería disfrutar de ese día, había mucho trabajo interno por hacer. Una vez más, me refugié en la escritura y en nuestro historial de conversación, dónde conseguí palabras bien acertadas:
Te veo tensa y esa no es la idea, sino que disfrutes tu pre cumpleaños, el cumpleaños en sí mismo, y hasta el post cumpleaños con la felicidad de poder contar lo bueno que ha sido.
Deja fluir tu corazón, ubícate en lo que harás y vive cada minuto, sin presiones. Te quiero de aquí a Pekín…
Celebrar la vida, a pesar de las circunstancias
Esto me hizo recordar un par de anécdotas, la primera se remonta a mis 15 años, mi mamá siendo una paciente disciplinada y consciente de la importancia de la quimioterapia para alargar su vida, pospuso un ciclo de quimio por unos días, con el propósito de estar conmigo con la mayor potencia de sus pocas energías.
En ese momento yo no quería hacer mucho, porque, hacer una reunión implicaba gastos, y prefería que ese dinero fuera destinado para su tratamiento. Mi mamá se negó a dejar pasar mis 15 primaveras por debajo de la mesa, y como siempre, organizamos entre las dos una modesta reunión. Mi mamá siempre estuvo de acuerdo de celebrar la vida, con ilusión y alegría.
Hojas de vida
Cumples 15 años y esa ocasión nos reúne los buenos recuerdos, en retrospectiva. Son hojas de vida que se multiplicarán y se iluminarán de líneas hermosas en la medida en que se luche por ser cada día mejores. ¡Felicidades! Y que Dios te bendiga.
Yanet Escalona, 27 de mayo de 2003
Otra anécdota fue la celebración de cumpleaños de mi primo Fredito y mi abuelita, pese a la circunstancia de salud de mi mami, nos tocó picar el rico ponqué en la clínica. Acondicionamos la habitación para recibir a la familia, mi mami con sus ojitos llenos de emoción disfrutó esos minutos mientras ellos soplaban simbólicamente la velita.
A celebrar se ha dicho…
Pasaron los días y fui, poco a poco, internalizando el ¿por qué celebrar? porque no era celebrarlo, por celebrarlo, se trataba de QUERER celebrarlo. Hace apenas unos días, con mis emociones más estables sin nostalgia ni tristeza, dejé fluir. Decidí invitar a cenar a mis amigos, y como los años anteriores me paseé por mi cabeza para conseguir un motivo e inspirarme a realizar la tarjeta.
Aunque mis emociones a veces me abrumen, me mantengo conectada a la vida. Hoy que llego al primer escalón del tercer piso, me siento agradecida de estar viva, de gozar de buena salud, del amor que recibo continuamente de mis familiares y amigos, y también, de estar en capacidad de escribir y compartir estas líneas…
Claro que mi mamá me hará falta, pero una vez más intento afrontar, asimilar y procesar mis emociones y revertirlas en positivo. Siempre intentando seguir al mejor de los ejemplos que tengo y tendré en la vida, mi mamurrita. Así que honro a mi mamá sonriéndole a la vida.
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Agradecimiento especial por el artículo al blog: Mi mamá tiene cáncer.
(Visita la liga original en aquí)