¿Qué es la felicidad?
Al hablar de la felicidad, mucho se ha escrito, mucho se ha dicho. Existen incontables libros de especialistas en diferentes campos, psicólogos, neurólogos, biólogos, filósofos que buscan explicarla desde diferentes perspectivas. Y aun, la felicidad no es una ciencia exacta. No es posible escribir un manual que resulte efectivo para todos para alcanzar la -a veces aparentemente esquiva- felicidad.
¿Cómo podríamos definir la felicidad?
La felicidad se podría definir como la capacidad de sentirse bien con lo que uno tiene. En ese sentido, la felicidad puede ser subjetiva. Hay quien se puede sentir feliz al tener una familia unida, otros a través del éxito profesional y otros a través de ayudar a los demás.
¿Dónde encontramos la felicidad?
Un aspecto importante de la felicidad es que no es algo que está allá afuera, sino que está dentro de nosotros mismos. Como afirma Sonja Lyubomirsky, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de California en su libro La ciencia de la Felicidad:
“La felicidad no está allí fuera, esperando que la encontremos y la descubramos. Y no está allí fuera por la sencilla razón de que está dentro de nosotros. Por banal y estereotipado que parezca, la felicidad es, más que nada, un estado mental, una manera de percibirnos y de concebirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea”.
Considerando esto, podemos concluir que está en nuestras manos ser felices.
En la vida de cualquier persona, existen momentos de alegría y de dolor. Una barrera que a veces nos impide ser felices es que le damos más importancia y valor a los momentos difíciles de nuestra vida que a los momentos buenos de nuestra vida. Por ejemplo, tenemos salud y nos sentimos desdichados porque atravesamos una situación económica difícil. Tenemos a personas que amamos y que nos aman en nuestras vidas, pero vivimos desdichados porque tenemos un jefe difícil en el trabajo.
¿Cómo actúa una persona feliz?
Una persona que sabe ser feliz disfruta plenamente cada momento de alegría, bienestar, satisfacción o belleza, por simple o pequeño que sea.
Y cuando vive una situación dolorosa, la enfrenta de la mejor forma posible.
Es más fácil ser feliz cuando vivimos una vida con significado, viviendo conectados con nosotros mismos y vivimos en armonía con el mundo que nos rodea.
Por último, una reflexión, y es que la felicidad no es en sí un destino, sino el camino de la vida que vivimos. No necesitamos esperar a que suceda algo para ser felices en nuestra vida. Podemos empezar a ser felices hoy, porque así lo decidimos, porque a pesar de nuestras adversidades decidimos ser felices, decidimos darle una buena cara a la vida y enfocarnos en lo positivo y a los problemas darles una buena cara