El tema del que no se habla: la muerte
Hablar de la muerte, sin duda nos deja en un gran silencio. Es un tema que la mayoría de las personas deseamos evadir, omitir, simplemente no hablar; como si al ignorarla en nuestros pensamientos pudiéramos huir de la muerte misma. Todo el que vive muere, eso es verdad. La pregunta que hoy te quiero invitar a reflexionar es:
¿Por qué nos enseñan a vivir y no a morir?
El nacimiento es una fecha de celebración. Inicia una nueva vida, un ser humano que tendrá todas las posibilidades de crecer, madurar, desarrollarse, envejecer y ¿morir? “No, ni lo menciones,” dirían algunos. Así es; ese es nuestro ciclo, y la seguridad que tenemos, tan palpable y tangible, que cuando hemos experimentado cualquier acercamiento a morir, puede llegar el temor, el miedo a esa parte desconocida de la existencia. Por aspectos culturales, familiares, y por la propia naturaleza de supervivencia, nos hemos encargado de vivir más tiempo, hasta viéndonos más jóvenes; “la eterna juventud”, aunque eso ponga en riesgo nuestra calidad de vida, pero el objetivo es vivir más.
Le cantamos a la vida sones de alegría y amor; y a la muerte nuestros más amargos lamentos y dolor, disfrazados de celebración: “Lo que pasó en este mundo nomás el recuerdo queda, ya muerto voy a llevarme nomás un puño de tierra,” dice una canción popular mexicana, haciendo referencia de cómo nos vamos solos de este mundo, el tiempo corto de vivir y aprovecharlo al máximo, ya que no nos llevamos nada, esto se canta, pero se vive una experiencia muchas veces desgarradora.
Celebramos a la vida, cuando indiscutiblemente va de la mano la muerte misma, un año más de vida, trae consigo múltiples pérdidas y, en última instancia, muerte: el propio envejecimiento del cuerpo, habilidades físicas y mentales, expectativa del número de años de vida, experiencias, personas que pasan por nuestras vidas, etapas. En fin, estamos en una constante de ganar y perder al mismo tiempo. En resumen, la muerte es parte de toda la vida; no puede vivir una sin la otra, marca un antes y después, un fin y un inicio. Mi creencia personal, es que es el fin de la vida humana finita y el inicio de la vida espiritual eterna e infinita.
Pongamos sobre la mesa este tema de conversación, en casa, con nuestros amigos y conocidos; que fluya de manera natural, crucemos ideas, miedos, preguntas existenciales, creencias, pensamientos y sentimientos. El tema del que no se habla, es el tema que todos tenemos en común, es el paradigma universal que por años se ha intentado explicar.
Cada uno tendrá su perspectiva y creo que podemos enriquecer respetuosamente este escrito. Mi lema es “Eligiendo la vida”, siempre verás que termino mis blogs así, así que te dejo con esta idea: Elegir vivir es aceptar la muerte misma, aceptar nuestra temporalidad y finitud humana, para así, poder definir nuestra espiritualidad.
¡Elige la vida, elige vivir, este momento es un regalo y un milagro!
Te leo, gracias por estar aquí y te mando un abrazo. Tu servidora, Eunice.
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Escrito por: Eunice González Lara, Psicóloga Clínica y Maestra en Gerontología
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