Duelo por homicidio

 No puede haber muerte más incomprensible y traumática como la muerte por homicidio. Abordar el tema de la muerte por homicidio no es tarea fácil, particularmente en los años recientes en los que el índice de homicidios se ha elevado de manera estratosférica en nuestro país y que se le vincula de manera estigmatizante al crimen organizado.

Si ya de por sí que un familiar nuestro sea o haya sido asesinado es devastador y desestructurante, lo será más (y no encuentro forma de dimensionar el “más”) cuando el asesinato ocurre a manos del crimen organizado, en donde es práctica común la tortura y los cuerpos desmembrados o disueltos en ácido. Y qué decir de aquellas personas que son “levantadas” y sus cuerpos aparecerán meses después en avanzado estado de descomposición lo que dificulta su reconocimiento.

Por todo lo anterior es que estamos convencidos que la manifestación del “duelo” marcará una fuerte tendencia a ser un “duelo complicado”. En este duelo no sólo se manifestarán emociones como la tristeza, el dolor, la rabia, la impotencia y el deseo de hacerse justicia por propia mano, también aparecerán la culpa y la ambivalencia.

Existen algunos factores de riesgo que pueden llegar a dificultar la elaboración del duelo, entre ellos encontramos; las circunstancias de la muerte, la edad del fallecido, el rol que éste desempeñaba, la personalidad del familiar y el soporte emocional.

¿Qué es un duelo extraordinario?

Es el duelo ocasionado por situaciones críticas de la muerte: homicidio, tortura, cuerpo sin aparecer, catástrofes.

Desde el punto de vista estrictamente clínico, en lo que se refiere al “duelo complicado” es en muchas ocasiones difícil de distinguir de la depresión, el trastorno de estrés postraumático o la ansiedad, que en la mayoría de los casos, dichas sintomatologías, están asociadas al duelo, por lo que su definición es muy discutida.

¿Qué técnicas y estrategias psicotanatológicas son recomendadas para este tipo de duelo?

 (Santana, M., 2017)

– La utilización, en aquellas personas que lo precisen, de fotos, videos, cartas, diarios, música, poesía, pintura, visualización e imaginación guiada, pueden servir para la estimulación de recuerdos y emociones tanto positivas como negativas, reconciliación y despedida.

– La “reestructuración Cognitiva” como técnica psicológica que ayuda a cambiar los pensamientos desadaptativos por otros más adaptativos.

– Las “auto instrucciones positivas” o mensajes que la persona se da a sí misma para facilitar el enfrentamiento a situaciones difíciles.

– El “juego de roles” para representar y enfrentarse a situaciones que les producen ansiedad o miedo .También utilizada para reconciliaciones y elaboración de sentimientos de culpa.

– La “resolución de problemas” ayuda en la toma de decisiones.

– La técnica de “detención del pensamiento” resulta útil cuando éste resulta repetitivo e ineficaz en la consecución de los objetivos del doliente.

– El “manejo de contingencias” como el refuerzo de conductas que se consideren adaptativas, la extinción de las desadaptativas y el auto refuerzo para adquisición de habilidades.

– Las técnicas de “autocontrol” favorecen la realización de programas de actividades agradables y la planificación de la reintegración a las actividades de la vida diaria.

– El entrenamiento en “habilidades sociales” ayuda a conseguir un apoyo social efectivo.

– Las técnicas de “relajación” facilitan el manejo de las situaciones de ansiedad e insomnio.

– Visualización e imaginación de escenas temidas, como paso previo a la exposición en vivo

– La “biblioterapia” utiliza la lectura de temas relacionados con la pérdida ofreciendo formas de afrontamiento.

– La “exposición repetida y graduada” a estímulos evitados con el objetivo de disminuir o suprimir la ansiedad.

– “Tareas conductuales” que ayuden a aumentar la realidad de la pérdida.

– Búsqueda de apoyo y guía profesional, ante dichos acontecimientos.

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Escrito por: María Luisa Santana, psicóloga clínica

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