La esperanza en medio de una enfermedad terminal
“Ante una enfermedad terminal, pon los pies en la tierra, pero la frente en el cielo”
No sólo para el enfermo, sino para sus cuidadores, la presencia de ánimo y esperanza permite llevar un proceso de separación menos estresante y más positivo. Es más viable la estabilidad de quienes sufren y por supuesto, mejorar la calidad de vida de todos.
Aceptemos lo que es inevitable:
Cierto es que es muy doloroso recibir malas noticias, y más cuando se tratan de una enfermedad terminal y todo lo que esto conlleva. Tanto para el paciente como para quienes le rodean, la idea de la muerte es un trago amargo que tiene el poder de hundir definitivamente todas nuestras esperanzas y sueños. Sea cual sea la enfermedad terminal que alguien padece, nos cuesta trabajo encontrar la resignación de una futura pérdida, y más cuando las cosas suceden de forma casi inexplicable: si el enfermo es joven, si ha sido mayormente sano en su vida y ahora es presa de un mal fatal, etc. Claro está, es difícil de entender, pero, tarde o temprano, todos moriremos. Tenemos que encontrar entonces la fortaleza necesaria para poder sobrellevar de la mejor manera este doloroso camino y para ello, la aceptación es el primer paso, pero entendamos que “aceptar” no significa “dejar de luchar” sino cambiar nuestra forma de ver las cosas.
Que una enfermedad terminal, no termine con tus ánimos:
Es un hecho: nuestra mente tiene el poder de controlar nuestro cuerpo. Como humanos experimentamos emociones que influyen en nuestro físico, por ejemplo, cuando alguien se encuentra enamorado, siente “maripositas en el estómago”; al experimentar el miedo, sudamos frío, sentimos una opresión en el pecho y aceleramos nuestro ritmo cardiaco; cuando atravesamos por una depresión, perdemos energía y podemos enfermar porque disminuyen nuestras defensas y cuando estamos muy enojados se nos eleva la temperatura y perdemos el control. Esta respuesta emocional es natural y se da en base a nuestras vivencias y pensamientos. Ahora bien, ante una enfermedad terminal, tanto el paciente como sus cuidadores pueden provocarse daños al no controlar estas emociones, por lo que es muy importante que mantengamos en lo posible la estabilidad en nuestras vidas; es ahí donde aparece la esperanza y la motivación como un paliativo que incluso, puede aumentar la esperanza y calidad de vida del paciente, así como mantener el equilibrio en los cuidadores.
¿Cómo lograr la motivación a través de la esperanza?
La esperanza es la fuerza que nos mantendrá en pie buscando nuevas alternativas para mejorar nuestra calidad de vida, aún en una enfermedad terminal. Nos ayudará a apreciar los momentos especiales con las personas a las que amamos. A disfrutar de cada día como si fuera el último. Esto provocará en nosotros una sensación de calma y tranquilidad, nos permitirá acercarnos más a los que amamos y a entregar lo mejor de nosotros. Así mismo, gracias a la claridad que la esperanza nos brinda, podremos compartir al máximo lo que somos, incluso, fortalecer nuestro carácter para controlar nuestras emociones y así, garantizar en lo posible nuestro equilibrio corporal, mental y espiritual. Por ello es muy importante que te apegues a tu fe, a tus valores y por supuesto, que busques el acompañamiento profesional de algún tanatólogo, psicólogo, médico e incluso algún guía espiritual pueden brindarte.
Recuerda entonces que la esperanza es la clave para mantenernos firmes ante los problemas de la vida; la esperanza nos hace buscar nuevos horizontes y valorar lo que tenemos y sobre todo, a quienes están a nuestro alrededor. Así, motivados por nuestra fuerza interior, podremos valorar la vida presente y encontrar un remanso de paz, aún en las tribulaciones que una enfermedad acarrea consigo.
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Escrito por: Enrique Pacheco, Psicólogo, Coach y Conferencista
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