¿Qué es el duelo patológico?

Cuando se aborda el tema del duelo, en la familia, entre amigos o en la comunidad, nos preguntamos a menudo, cómo es el duelo “normal”, cuánto tiene que durar, cómo sabemos si ya se superó o al contrario si ya se prolongó más de lo necesario.

Estas preguntas son cruciales para nuestra vida y nuestros duelos, sin embargo, la información con la que contamos suele ser escasa; afortunadamente las investigaciones y las reflexiones en torno a la muerte, el duelo y el sentido de la vida, continúan dándonos interesantísimos datos y experiencias sobre estos temas.

En particular, preguntaremos y responderemos en este caso, qué es considerado duelo patológico, aclaremos que el duelo es un proceso personalísimo y no se vive de forma igualitaria para todas las personas.

¿Qué es el duelo?

La reacción emocional ante una pérdida. Que pasa generalmente por las etapas de negación, ira, negociación, depresión y aceptación, el tiempo para cada persona es diferente en cualquiera de las cinco etapas, pero si hay un tiempo aproximado que se considera dentro de la normalidad o funcionalidad regular del duelo y es un periodo cercano a los nueve meses.

¿Cuándo se considera un duelo patológico?

Trascendiendo a esta temporalidad de aproximadamente nueve meses, podemos considerarlo duelo patológico, ya que excede la reconciliación de la persona con la pérdida.

¿Cómo se manifiesta el duelo patológico?

Generalmente se manifiesta como falta de resiliencia, falta de aceptación, imposibilidad de seguir con regularidad la propia vida, depresión, períodos de ostracismo prolongados y abandono de la calidad de vida y actividades cotidianas. Qué hacemos entonces, consultar a un tanatólogo/a es la mejor opción, el objetivo de trabajo será el alivio del sufrimiento, la búsqueda de opciones para abreviar el proceso de duelo y hacerlo consciente, recuperar el control de la propia vida y sobre todo tener el poder de sentir gratitud por el tiempo y la relación con las personas fallecidas y honrarlas como se merecen.

No apuntamos con esto que el duelo patológico sea falta de gratitud u honra, sino la postergación de las mismas, el objetivo teratológico es recuperar la calidad de vida y encontrar el sentido a la muerte lo más pronto posible, ya que está en juego la valía y la continuación de la vida.

¿Qué preguntas hacia nosotros mismos nos pueden ayudar en la vivencia regular del duelo?

1.- ¿Qué he recibido de la persona fallecida?

2.- ¿A quién se lo puedo compartir?

3.- ¿En dónde y con quién puedo encontrar paz?

4.- ¿Quiénes me gustaría que compartieran mi sufrimiento?

5.- ¿Qué me gustaría que ciertas personas hicieran por mí, y que puedo hacer por ellas?

6.- ¿En qué aspectos extraño más a la persona fallecida y con quién puedo compartir esas experiencias?

No agotaremos en este texto las preguntas que podemos realizar, pero las anteriores nos servirán sin duda alguna.

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Escrito por: Reymundo López , Tanatología educativa

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