¿Cómo reincorporar a un niño a su rutina después de un duelo?
Cuando un niño pierde a un ser querido, tendrá que pasar necesariamente por un periodo de tristeza, estupor y angustia normales, con una duración variable de entre cinco a siete meses; quizá menos si está rodeado de adultos resilientes y nutricios que le hablen con franqueza, lo arropen emocionalmente y le enseñen y/o permitan expresarse.
En este periodo de re-adaptación a la vida, los niños y las niñas, deben tener la oportunidad de continuar con su vida e incluso poner en ella nuevos elementos de aprendizaje que le favorezcan en la resolución del duelo.
¿Qué se sugiere para ayudar a nuestros niños?
1.- Dibujar en familia en una gran cartulina y con muchos colores, un camino, sinuoso, recto, escarpado, o como él o ella prefieran; es necesario dibujarse a sí misma al costado del camino, acompañado/a de sus seres más queridos e incluso su mascota, será de suma utilidad dibujarse en repetidas ocasiones a lo largo del camino y con diferentes personas, para que el pequeño o la pequeña; conciban la idea de que en el camino de su vida siempre habrá alguien que les acompañará y apoyará y sobre todo alguien que les quiere de forma incondicional: Sugerimos colocar el dibujo en la habitación del niño/niña, para acercarle a través de los trazos: consuelo y paz.
2.- Hay que investigar con los pequeños muchas cosas respecto de su animal favorito.
3.- Hornear galletas o cupcakes con él o ella.
4.- Enseñarle a fabricar y cuidar un hotel de abejas.
5.- Adaptarle en su habitación una pecera y animarle a ser responsable de los peces.
6.- Maquillarnos con él o ella de su personaje favorito.
7.- Alentarlo a tener nuevos amigos.
8.- Fabricar con él o ella un rosario personal, independientemente de la religión, ya que le ayudará a generarle momentos valiosos de meditación y relajación con su uso.
9.- Decorar su habitación con elementos divertidos y renovarla de forma importante.
10.- Diseñar un monstruo de la tristeza, dibujado, en fieltro, como un títere, una botarga o un diseño en computadora y diseñar igualmente el amigable monstruo de la alegría, el de la paz, el de la amistad y el de la gratitud; para que el niño o niña vayan sustituyendo al primero con los posteriores, conforme vaya recuperando su forma habitual de ser.
Finalmente, es importante mencionar que respetar sus tiempos y sus momentos muy particulares y personales serán de gran ayuda, sobre todo si le acompañamos desde el amor incondicional.
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Escrito por: Reymundo López , Tanatología educativa
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