Mis hijos necesitan que salga adelante (primera parte)

Rehema, una mujer viuda de 56 años que tuvo que huir de Burundi en 2015, el teatro le ha servido para superar el estrés de su vida diaria y el recuerdo de un marido y dos hijos desaparecidos.

Se dedica a vender verdura en la puerta de su casa y con la venta obtiene algunos ingresos para sacar adelante a su familia.

Agencia de la ONU para refugiados.

Aquellos acontecimientos de impacto significativo en la vida de cada uno no siempre son de felicidad, se habla mucho precisamente de este tema, de tratar de conseguir en la medida de lo posible ser feliz, y con ello parecer ser que se debe eliminar hablar del dolor, de la muerte, de aquellos otros momentos que pueden suceder y para los que no se está preparado, esto incluso puede ser algo cultural.

Para algunas personas la felicidad y el desarrollo pleno de su vida, su sueño, su meta es formar una familia, vivir en matrimonio y tener hijos y quizá nunca o pocas veces piensen en que algo “malo” pudiera pasar, por ejemplo la muerte de la pareja cuando ambos tienen hijos pequeños, o algún accidente que traiga consigo un gran cambio o una enfermedad degenerativa.

Y que persecutorio sería vivir pensando en ello, pero a veces sucede. Hemos hablado en artículos anteriores sobre diferentes definiciones de duelo o lo estresante que es vivir este proceso, sabemos que cada quien necesita un tiempo diferente de recuperación.

Duelo y situaciones difíciles con hijos.

He escrito anteriormente sobre duelo y situaciones difíciles desde una perspectiva individual, en esta ocasión el tema gira en torno a considerar dentro de estos procesos la relación con los hijos, específicamente con hijos pequeños.

¿Qué significan tus hijos en estas situaciones? Habrá quienes consideren su existencia como un motivo para superar un proceso doloroso, pero no por ello quiere decir que sea más fácil, existe una responsabilidad con ellos, el cuidado, la contención y el tiempo que es difícil otorgarles en momentos de sufrimiento, justo cuando ha ocurrido algo que obliga a cerrarse en sí mismo, la energía esta puesta en el dolor.

Como en otros artículos procuro con el mayor cuidado no dar consejos, tampoco que lo compartido se sienta como una obligación sobre lo que se debe hacer, nadie debe decir a las personas como ser padres. El objetivo es compartir, reflexionar sobre las reacciones que hay en los niños ante una pérdida inesperada, una situación difícil, una etapa de duelo y su implicación.

Considero que al tener conocimiento sobre lo que para ellos significa vivir con sus padres una situación dolorosa, se puede llegar a encontrar un lado positivo, aspectos rescatables dentro de lo malo  y que fortalezca la unión para continuar la vida.

Está bien mostrar vulnerabilidad.

Mostrarse fuerte ante los hijos es una postura que muchas personas toman, ocultar el llanto y la tristeza. Sería mejor mostrar y compartir con ellos lo normal que es sentirse así ante una situación difícil, está bien dejar ver a los pequeños que  las personas pueden ser susceptibles a las pérdidas, los daños, el sufrimiento y la muerte.

Es mejor hacer comentarios a los niños como “no olvidaremos a la persona que amamos” en lugar de evitar el tema, tener demostraciones de cariño, abrazos, juegos y brindar tiempo.

Permitir el acercamiento de los hijos en un momento difícil es compartir, no significa dar información extensa sobre cosas que ellos desconocen, tampoco hablar mal de un padre o madre que ha decidido irse del hogar, se trata de en la medida de los posible fortalecer el lazo, dar entrada a lo que los hijos pequeños comparten, sus ideas, su imaginación y su forma de afrontar una pérdida, las maneras en que demuestran su apoyo y resolver las dudas que tienen solo con información pertinente.

Continuación.

En una segunda parte se abordara sobre la manera en que los hijos viven una etapa de duelo, el ejemplo que se puede llegar a ser como padres  al afrontar situaciones difíciles y no solo con hijos pequeños.

¿Qué es lo que ves en tus hijos como motivo para seguir adelante?

——-

Escrito por: Anabel Sauceda Balderas, Psicóloga y Psicoterapeuta

(Visita su perfil dando click al nombre o aquí)