Duelo por la muerte de una madre
La muerte de un ser querido siempre es dolorosa. Sin embargo, dentro de todos los seres queridos, la madre siempre tiene un lugar especial –sino el que más-. Por su amor incondicional, porque nos acompaña en las buenas, en las malas y en las peores. Las madres son amorosas, comprensivas, generosas y miles de cualidades más. Al final de todo, es la persona que nos dio la vida y nos forjó.
En México, en muchas casas se da el fenómeno conocido como matriarcado. Donde toda la dinámica familiar gira alrededor de la madre. Ya sea porque los hijos visitan a su madre, siendo ellas la razón principal para reunir a toda la familia. O por aquellas mujeres fuertes e independientes que sacan adelante a los hijos a pesar de las adversidades. No solo aportaron su cariño, educación y formación, sino que fungieron como la cabeza del hogar.
Superando la muerte de una madre
Por éstas y más razones, la madre siempre ocupa un lugar muy especial en nuestros corazones. Uno de los temores más grandes que tenemos los seres humanos, es perderla. Cuando llega ese indeseable momento, sentimos que el mundo se nos viene abajo y se convierte en un duelo particularmente difícil de superar.
Cada proceso de duelo varía en intensidad y duración. Puesto a que todas las personas reaccionamos diferente ante las mismas situaciones. También nuestras circunstancias y contexto son distintos: desde la edad y la relación personal que se tenía con la persona que se nos adelantó.
Algunos de los aspectos fundamentales para superar la muerte de una madre son los siguientes:
Darle tiempo al tiempo
Todo proceso de duelo necesita tiempo. A veces podemos sentir que nunca vamos a dejar de sentir dolor y aunque de cierta forma esto es cierto -ya que una pérdida nunca se supera del todo-, si podemos aprender a vivir con ella. Al principio puede parecer un proceso que interminable, pero el tiempo es sabio y permite curar hasta las heridas más profundas.
Expresar los sentimientos
Exteriorizar lo que sentimos es una excelente terapia. Nos permite acomodar nuestras ideas, sentimientos y lo más importante, sanar. El expresar nuestros sentimientos nos permite compartir la pesada carga del sufrimiento de la pérdida de nuestra amada madre.
Se vale apoyarse en los seres queridos
Cuando pierdes a tu madre, estás vulnerable y es perfectamente válido apoyarse de los que nos quieren. Ya sea nuestra pareja, los hijos o amigos cercanos. Ellos nos consolarán y nos darán palabras de aliento. No olvides que las personas que están con nosotros, son la razón para superar el dolor y seguir adelante.
Recordar, aunque duela
Puede parecer un consejo contradictorio, sin embargo, el perder un ser querido no significa olvidarlo para que no duela, pues eso sería evadir la realidad. Es parte del proceso de sanación aprender a vivir sin que la persona esté físicamente con nosotros. Ver sus fotografías o los videos, su perfume o cosas que nos recuerden a esa persona, nos permitirá interiorizar y aterrizar el duelo.
Buscar poco a poco ir retomando nuestra rutina
Perder a una madre puede representar un giro de 180 ° a nuestra vida. Perdimos a alguien que ha sido nuestro sostén, apoyo y un ser muy amado. Una forma de ayudar a superar el duelo, es retomar poco a poco nuestra rutina cotidiana: ir al trabajo, acudir al ejercicio, participar en eventos sociales, cocinar, leer un libro. Reincorporarse a la “realidad”, nos ayudará en el doloroso proceso de aprender a vivir sin la persona que ya no está.
No estás solo
Es doloroso, sin embargo, no estás solo. Tu sufrir no durará para siempre, llegará el día en que puedas recordar sin más dolor y mucho cariño al ser que más nos amó y amamos en esta vida. En Acompañándote en tu Duelo estamos contigo. Si lo crees necesario, acércate a uno de nuestros colaboradores expertos en tema de duelo y pérdida.