Recordando a nuestros seres queridos
Cuando un ser querido se nos adelanta en su partida al más allá, no quiere decir que por eso dejemos de pensar en él.
De hecho, aun pasados los meses, en ocasiones podemos sorprendernos por esa canción que le gustaba, o el aroma de su perfume que nos recuerda a esa persona, sea una madre, un hijo o un esposo o esposa, o ese lugar al que le gustaba ir, o quizás su comida favorita, cuando la comemos inevitablemente recordamos a esa persona.
¿Cómo se mantiene presente esa persona en nuestras vidas?
Más allá de las celebraciones oficiales, como el día de muertos, o su cumpleaños, es bonito ocasionalmente, desenterrar esas viejas fotografías del viejo baúl y recordar los momentos que pasaron juntos. Hoy en día, si fue una pérdida reciente, quizás sea incluso más fácil echarles un vistazo a las fotos de ese ser querido en redes sociales o guardadas digitalmente en la computadora o celular.
Puede ser un buen homenaje reflexionar sobre que aprendimos de la vida de esa persona, que ejemplo nos dejó o que enseñanzas (que pueden ser buenas o malas) son igual de valiosas.
Una costumbre muy bonita que tienen muchas familias, es organizar una comida el día del aniversario luctuoso del familiar, para recordarlo y conmemorarlo. Entonces es que aun después de muerto, el abuelo, la mamá o aquel ser querido, siguen uniendo a la familia. Es bueno recordar en esos eventos anécdotas de ese ser querido, ¿qué le gustaba comer? ¿Cuáles eran sus aficiones? ¿su comida favorita?, ¿su equipo de futbol preferido?, ¿qué tequila le gustaba tomar? Etc.
Es así como nuestros seres queridos, aunque ya partieron, siguen viviendo en nuestros corazones.