Lo que no se debe decir a los dolientes ante la pérdida de un ser querido

Lo que no se debe decir a los dolientes ante la pérdida de un ser querido

La pérdida física y afectiva de un ser querido representa uno de los temas más sensibles que podemos tratar. En este proceso, es normal que todas las personas cercanas a los dolientes quieran aliviar el dolor y la pena de este suceso tan doloroso, sin embargo, es importante comprender, que no existen hasta el momento, las palabras adecuadas para reconfortar totalmente el corazón de una persona que atraviesa un duelo.

¿Qué decir o qué no decir?

La autora Nancy Guthrie escribe en su libro“Cuando pierdes a un ser querido” lo siguiente: “Lo peor que se le puede decir a una persona en duelo es: Nada”.

Esto genera más dolor, porque se puede interpretar como una falta de amor y de cuidado hacia el ser querido que ha fallecido, así como para la persona en duelo. Sin embargo sucede muy a menudo, que amigos e incluso familiares cercanos se alejen y lo hacen porque no saben qué decir, ni qué hacer para hacer sentir mejor al doliente. Se muestran impotentes ante la incomodidad de ver a una persona triste, por eso deciden alejarse y evitar ese mal momento.

Para mí, narra Nancy en su libro, la peor frase, vino de un hombre que me dijo que Dios debe haber querido otro ángel en el cielo. En su opinión le pareció absurdamente sentimental e inútil por completo, solamente una tontería.

Nancy, comenta, que pronto comprendió lo difícil que es en gran medida, saber qué decir cuando quieres expresar algo útil y significativo. A pesar de haber vivido la experiencia y experimentar la ausencia de un ser querido, dos meses después se le presentó la oportunidad de ir a dos funerales, ella solamente repetía en su mente que debería saber qué decir ante esa situación, sin embargo, se angustiaba porque estando cerca de los dolientes, internamente pensaba: No tengo idea de qué decir. No existía la suficiente sabiduría que pudiera responder las preguntas, ni ninguna verdad que calmara el dolor. No es posible impedir ni cortar el dolor, simplemente duele.

En esos momentos, lo más simple y honesto, es decir: Verdaderamente, no sé qué decirte, porque no creo que existan palabras que puedan aliviar el dolor en este momento.”

¿Qué hacer para acompañar el proceso de duelo?

  • Suavizar las perspectivas de los otros y acercarnos, conectar con el doliente y permitir que exprese sus sentimientos mientras le acompañamos. Soltar nuestro yo, para brindar presencia y compañía a 
quien nos necesita.
  • Nombrar a la persona fallecida permitirá que el doliente la recuerde con amor, por supuesto que llorará ante el recuerdo de los momentos compartidos y de la ausencia de su ser querido, pero esto no le genera daño, es al contrario, es así como se elabora el duelo.
  • Regalar tiempo y ayuda práctica en sus necesidades, recordarle que necesita prestar atención a su cuerpo, a su autocuidado en general: higiene, alimentación, horas de sueño, tomar medicamentos si los necesita.
  • Acostumbrarse a ser abierto a la hora de comunicarte, cuando acompañes a un familiar, amigo o a una persona que atraviesa por un proceso de duelo. Inicia conversaciones con preguntas como: ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo te puedo apoyar? ¿Qué significa esto para ti?
  • Es importante bajar el volumen de tus propios juicios y pensar en las necesidades de la otra persona, las palabras no son necesarias cuando no sabes qué decir, tú comprensión y el escuchar atentamente en silencio son indispensables para que el doliente pueda expresar con toda confianza sus propios sentimientos y emociones.Solo desde el corazón, puedes tocar el cielo. RUMI 


 

 

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Escrito por: Patricia Pol, Psicóloga Clínica

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