El duelo y el cuerpo
En este artículo hablaremos sobre aquello que puede llegar a pasar en nuestro cuerpo durante un duelo, por ejemplo la manifestación de enfermedades.
¿Es casualidad enfermar cuando acabamos de perder a alguien? A veces esto también ocurre cuando se es cuidador, al saber que está por llegar el momento de decir adiós a un ser querido por muerte o separación, o no necesariamente por la ruptura de un lazo amoroso con una persona, las pérdidas están presentes al despedirse de un empleo definitivamente o dejar un lugar en el que se vivió por muchos años.
Algunas personas tienen enfermedades a las cuales los médicos no encuentran un diagnóstico, o no está claro de donde proviene y a que se debe, lo que sí se sabe es que la persona sufre, duele y aun que en apariencia todo parezca estar bien su semblante no es el mismo. Posiblemente ni la persona que sufre, sus familiares ni el médico logren percatarse de que esto tiene que ver con algo psicológico, algo que el cuerpo está comunicando ya que no se puede poner en palabras, y es posible que tenga que ver con una perdida reciente o de tiempo atrás, un duelo no elaborado.
¿Cómo es que sucede?
Acompañar a una persona en duelo, debería estar enfocado más allá de buscar un pronto alivio o una solución, a ver cómo es que vive esa persona en particular su pérdida, qué significado tiene para ella, permitirle encontrar una manera de seguir viviendo en lugar de hacerlo sentir obligado a cumplir con cada etapa dentro de tiempos marcados.
En ocasiones la persona en duelo como ya mencionamos estará expresando con su cuerpo, en síntomas aquel dolor que no puede poner en palabras, y estar acompañado puede ser de gran ayuda para que con el tiempo logre hacerlo.
Para hablar sobre este tema, dentro de las lecturas a las que recurrí se encontraba el autor Darian Leader y da algunas explicaciones de cómo es que las personas llegan a identificarse en un proceso de duelo con aquella persona que se ha ido, estas proyecciones también se relacionan con enfermedades.
Darian Leader habla de un ejemplo muy visto, dice que los problemas en el amor pueden producir cambios en nuestra relación con la comida, desde falta de apetito hasta llegar a atracones.
Puede pasar algo muy peculiar cuando la gente se despide de un ser querido, cuando ve a una persona en agonía o enferma decir adiós, muchas veces esa persona dice cosas como “no sufras por mí, no llores, cuando muera no hagas duelo” todo esto con la intención de ahorrar el sufrimiento de quienes se quedan, y las personas de cierta manera se quedan con estos mandatos, estas palabras y entonces llegan a reprimir llantos, lamentos y gritos que seguramente después el cuerpo manifestará.
En otras ocasiones la identificación de la que habla el autor puede ser con la enfermedad que la persona que se ha ido padecía.
Cuando se tiene que decir adiós a alguien o algo hay a quienes se les dificulta hablarlo, compartir con los demás, y entonces existe un bloqueo, el cual es muy probable salga de alguna forma en el actuar de esa persona con otras pero comúnmente en sí mismo, con enfermedades.
El cuerpo conmemora las pérdidas.
A veces aquellas enfermedades que se padecen recién ha ocurrido la pérdida de un ser querido, vuelven a surgir al año próximo casi en la misma fecha de ese acontecimiento doloroso, esto seguramente se debe a un duelo no elaborado.
Los síntomas físicos o somatización aparecen comúnmente cuando un duelo es bloqueado.
Hacer duelo por los demás es hacerlo por uno mismo.
El autor explica una parte importante dentro de un duelo, que va más allá de las etapas. Habla de los lazos que unen a las personas y lo que puede suceder cuando ellas se han ido, soltar lazos implica también dejar de ser eso que éramos para ellos, la imagen que se adopta en una relación es distinta, explica esta adopción como aquello que somos de acuerdo a lo que esa persona dice que somos para ella y que nosotros mismos nos convertimos en esa imagen.
Cuando eso ha llegado a su fin afecta la imagen corporal, esto puede explicar cómo en algunos casos por ejemplo si una persona era robusta cuando estaba con su pareja al terminar esa relación su imagen corporal ha cambiado a delgada.
Cuando se hace duelo por los demás, también es por aquello que ya no seremos en esa relación que se tenía, lo que dejamos de ser nosotros mismos y muchas de las veces la respuesta corporal es por medio de síntomas que no se sabe de donde surgieron.
Compartir el sufrimiento.
Hacer público el sufrimiento privado, escribir y compartir lo que sentimos ante el dolor, es de gran ayuda, cuando el otro nos escucha corrobora lo que estamos viviendo y nos hace ir comprendiendo mejor lo que estamos pasando, no se trata de compartir para comparar, es más bien una forma de expresar, de no reprimir y así posiblemente el cuerpo no llega a enfermar, acudir a una psicoterapia cuando se presentan este tipo de enfermedades de las cuales no hay un diagnóstico claro sin duda es de gran ayuda.
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Escrito por: Anabel Sauceda Balderas, Psicóloga y Psicoterapeuta
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