Soy más fuerte de lo que creo

Soy más fuerte de lo que creo

Reconocer para uno mismo o en alguien más las fortalezas que tiene, no significa minimizar su dolor, tampoco sugerimos soportar, aguantar, cargar y no expresar un sufrimiento, se trata más bien de dar aliento y recordar que tal vez se ha pasado por situaciones similares y ya se ha sobrevivido, también es darse cuenta de que se tienen habilidades y recursos emocionales para salir adelante.

 

Cada persona ha de encontrar su manera de reconocerlo, puede servir mucho que las personas a su alrededor si lo notan se lo hagan saber, sin caer en minimizar una pena.

 

“Tienes que ser fuerte”

 

SI bien las personas cuando dicen esta frase a alguien que ha sufrido una pérdida, lo hacen con buena intención, la verdad es que no es una buena manera de demostrar apoyo, pues puede ser tomado por la persona como una invitación a no poder expresar su dolor o tener que soportarlo, incluso como si estuvieran las puertas cerradas para ser escuchado.

 

No es prudente decir en un inicio a manera de orden o critica a alguien que está sufriendo frases conocidas como “échale ganas” o “tienes que ser fuerte”. Durante los primeros momentos una persona que pasa por una pérdida, un dolor emocional o una noticia desagradable, busca apoyo, consuelo, alguien que escuche y se haga cargo de él o ella y del control de la situación, pues momentáneamente lo ha perdido.

 

Existen maneras de ayudar, puede ser tan simple como estando a su lado y ofreciendo escucha, atenciones básicas como ofrecer un vaso de agua e incluso un abrazo.

 

Etapa de reorganización en el duelo.

 

La reorganización en duelo es el inicio de una recuperación emocional.

 

Aquella  persona que atraviesa por una etapa de duelo puede llegar a darse cuenta  y con ayuda de los demás, que dentro de este proceso existe también el conocerse a uno mismo profundamente.

 

Sí, es una etapa difícil, hay quienes no pueden ni describir lo que sienten, lo dicen como un dolor en el cuerpo que no tiene explicación, o que no se puede poner en palabras fácilmente, pero también con el paso del tiempo y del mismo proceso, justo en el punto de una reorganización ocurren cosas importantes que llevaran a la persona a ser consciente de que ha sido más fuerte de lo que pensó en un inicio.

 

Reconocer fortalezas.

 

Pensar en el apoyo de los seres queridos, las actividades diarias, o buscar nuevos propósitos, continuar con planes, e incluso el surgimiento de nuevas ideas y experiencias son parte de reconocer que tan fuerte se es ante algo tan doloroso, no es algo fácil y se debe respetar el tiempo de cada persona.

 

Una vez que se ha renunciado a la esperanza de recuperar a aquel ser querido (en caso de una muerte) es el inicio de una recuperación y una posibilidad de ver que existen maneras de seguir adelante.

 

Eliminar la culpa sobre la pérdida es una manera de poder iniciar a reconocer las fortalezas, buscar el apoyo de amigos y familia, pues el descubrimiento de la fortaleza no significa que deba ser en solitario, hablar y permitir hablar las veces que sea necesario de lo sucedido, retomar actividades y responsabilidades, hablar del antes y los planes futuros es parte del proceso y el inicio de ir encontrando nuevas formas de continuar la vida.

 

Compartir experiencias.

 

Sabemos que uno nunca sentirá o vivirá igual a otro el proceso de duelo, si eres alguien que ya ha descubierto fortalezas propias dentro de un proceso de duelo, tener empatía con alguien que está sufriendo es una buena manera de ayudar, compartir la experiencia de haber terminado un duelo puede ayudar a otras personas, lo importante es hablar de estos temas para hacer saber a otros que no están solos.

 

 

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Escrito por: Anabel Sauceda Balderas, Psicóloga y Psicoterapeuta

 

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