No aislarnos después de una pérdida

Cuando perdemos a alguien, muchas veces preferimos estar solos, no soportamos escuchar a alguien reír y decirnos que la vida sigue, que sigamos adelante; es por eso que en algunos momentos creemos que la soledad puede ser nuestra mejor aliada al llevar nuestro duelo.

La soledad no nos cuestiona, simplemente nos acompaña en silencio, nos permite llorar, renegar, nos alienta a vivir nuestro sufrimiento de una manera tan intensa que en ocasionas logra hacer de nosotros su rehenes, y aunque al principio la necesitamos, con el tiempo ella se adueña de nosotros y nos pasa factura.

¿Por qué aunque sienta que me ayuda no es bueno aislarme?

La soledad es buena en ocasiones, porque nos lleva a conocernos más, a relajarnos si es necesario y nos permite pensar con claridad, así como definir nuestras emociones y pensamientos, mas que nada a esclarecerlos, pero cuando estamos sufriendo los sentimientos y emociones suelen ser negativos e incluso fatalistas y si estos se logran adueñar de nosotros, posiblemente habrá un desenlace devastador.

¿En qué nos puede afectar el aislamiento?

Existen estudios donde se descubrió que el aislamiento enferma a las personas ya que existen modificaciones en nuestro sistema inmunológico (aquel que nos defiende de las enfermedades).

Incluso también se ha demostrado que las personas que se aíslan también se ven más estresadas y esto contribuye al desarrollo de enfermedades.

En resumidas cuentas si nos aislamos a la larga estaremos solos y enfermos…

Por eso es importante seguir en contacto con nuestros seres queridos para que ellos puedan ayudarnos a levantarnos del golpe y sufrimiento que nos está lastimando, y si en ocasiones no podemos solo con su apoyo es bueno buscar a un especialista en salud mental para poder salir adelante.

“De que sirve aislarse del mundo si lo que nos tiene destrozados se encuentra en nuestro interior”

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Escrito por: Cintia Rivas, Psicóloga

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