Tener que decir que no, días de pandemia

Tener que decir que no, días de pandemia

En muchos lugares del mundo seguimos viviendo un hoy en el cual no tenemos la completa libertad o plena seguridad de tomar la decisión de quedarnos en casa, de decir por cuenta propia “hoy no voy a salir”, “hoy es mi decisión quedarme en casa”, más bien, tenemos o tendríamos que hacerlo por nuestro bienestar. Ha sido impuesto u obligado en algunos países por gobernantes.

Estamos rodeados de un “no” en muchos aspectos. ¿Cómo te va con tener que decir que no?, no a un abrazo, no a un saludo de mano y beso, es un “no” a recibir visita.

 

Muchos no solo se están enfrentando a la pandemia con los cuidados necesarios, también es la difícil situación de tener que lidiar con la posición que toman algunas personas, negarse a la existencia del virus y no solo eso, poner en riesgo incluso a familiares, resulta complicado cuando en la misma familia algunos miembros no estén de acuerdo en tomar precauciones, quieran visitarte, hacer una vida igual a antes de la llegada de la pandemia, tener que decir “no vengas a mi casa”, “no me abraces” a un familiar a veces puede costar mucho. Pensar en herir susceptibilidades o que ello sea tomado como rechazo da lugar a múltiples discusiones, malos entendidos, tan solo por pensar diferente.

 

“A mí no me hará nada ese virus”

“Es una invención del gobierno”, “siempre he sido sano y no me puede pasar”, “de algo nos hemos de morir”. Por un lado la ignorancia y por otro la arrogancia, como ya lo ha escrito en una publicación reciente el psicoanalista Camilo E. Ramírez, la arrogancia peligrosa en tanto esa supuesta superioridad hace creer al sujeto que solo pueden enfermar aquellos de “clase baja”, “los pobres”, es un riesgo muy grande.

 

Hay también una negación al pensar cosas tales como: “pero es mi mamá y ella es invencible eso no le pasará a ella jamás”, “hay que hacer vida como siempre”, y curioso que sean personas quienes justamente en su historia han vivido “como siempre”; ¿protegiéndose de algo? O por una imposibilidad de aceptar y hacer algo con el cambio, hacer con la nueva normalidad.

 

¿Pone en riesgo la vida y a los demás? Claro que sí, pues la pandemia nos involucra a todos y todas, cada acto si tiene una repercusión en los otros.

 

Hay pérdidas

Desde que inicio el confinamiento, hemos perdido, de cierta manera libertades, eventos, vidas humanas y algunas lamentablemente cercanas, pérdida de la salud física y emocional, en algunos casos ha impactado al grado de perder estabilidad mental y también ha provocado rupturas amorosas.

 

Se han roto relaciones con personas cercanas, precisamente por pensar diferente respecto al tema, si hemos iniciado procesos de duelo que además resultan complejos al no poder acompañarnos de otros como antes.

 

Esta realidad, también nos brinda la posibilidad de invención, de ese crear algo nuevo, abre las puertas a aprender cosas diferentes, por ejemplo en el área de la tecnología. Nos invita a afrontar miedos y a prestar más atención en nosotros mismos, al cuidarnos y al aprender a decir no.

 

¿De qué manera estas afrontando esta situación? ¿Te han reprochado no asistir a eventos, fiestas, funerales? Y ¿cómo te sientes con ello?

 

Algo que nos deja el estar viviendo esta etapa es el aprender a cuidarnos más y a pensar en cómo este cuidado de uno mismo llega a tocar a los demás.

 

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Escrito por: Anabel Sauceda Balderas, Psicóloga y Psicoterapeuta

 

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