Cuando el dolor no cesa
Hay varias razones por las cuales el dolor no cesa, tendrás primero que localizar qué pasa contigo, que tu dolor no cesa.
Te invito a que te cuestiones lo siguiente:
¿Qué necesita mi dolor?
Hay muchas respuestas para esta pregunta; tendrás que encontrar la tuya.
Hay 2 formas de que el dolor se queda en ti y no cesa:
1.-No permitirte sentirlo y desahogarlo y esto provoca que se quede prisionero en ti, en tus adentros.
2.-No hacer lo que tu dolor te pide.
Hay ocasiones que el dolor necesita ser liberado y salir, lo retenemos por miedos.
¿Qué miedos nos impiden liberar nuestro dolor?
- Miedo a sentirlo.
- Miedo a soltarlo por experimentar una sensación de vacío.
- Miedo por creer que si lo contactas y lo dejas libre, podrías sentirlo tan profundo que llegas a pensar que no saldrás de ahí.
- Miedo por creer que sentir dolor es estar mal.
- Miedo por pensar que si te ven triste y dolido te verán débil.
- Miedo por sentirte un débil y derrotado al estar dolido.
- Miedo a la frustración que sientes cuando experimentas dolor.
- Miedo a la desesperación que sientes cuando experimentas dolor.
Y muchas más aunque no las mencione aquí.
Hay otras ocasiones en las que lo sientes, sin embargo no le haces caso a lo que te pide tu dolor, le quitas poder y valor a lo que tú necesitas.
Puedes sentir ganas de hacer o decir cosas y te niegas la oportunidad.
Puedes no saber que necesites y no te permites explorar en ti ni buscar ¿Qué ayudaría a tu dolor a cesar?
Revisa, ¿cuándo sientes tu dolor de qué te dan ganas?
El duelo como experiencia individual, nos invita a que cada uno lo viva de manera diferente, es también un proceso que nos invita a conectarnos con nosotros mismos para encontrar nuestra propia forma de vivir el dolor.
No hay receta mágica, es una auto reconstrucción después de la ruptura que te provoca el duelo.
Tu dolor necesita ser sentido con todo tu ser para empezar a mitigarse, a soltarlo poco a poco y todos los días, el dolor no está para quedarse en ti, tiene un ciclo y una función adaptativa a la nueva realidad.
Necesita ser:
Reconocido
Expresado
Y liberado día a día
Descubre cómo lo estás bloqueando y deteniendo, cuestiónate:
- ¿Te asusta sentirlo?
- ¿Lo evades?
- ¿Lo niegas?
- ¿Cuándo lloras te pones reglas y restricciones para llorar?
- ¿Tienes pensamientos de que si le lloras no avanzaras?
- ¿Sientes culpa?
- ¿Sientes enojo?
- ¿Cómo le haces para que no cese tu dolor?
Te invito a cuestionarte y trabajar tu dolor, mitigando cada día. Si no te funciona hacerlo en casa y solo (a), busca ayuda y explora tu propia forma de atravesar por este dolor y a descubrir lo que necesitas para que ceda.
Solo enfrentando es como se avanza.
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Escrito por: Adriana González de Loza, Psicoterapeuta y Tanatóloga
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