Vivir hasta morir

Vivir hasta morir

El miedo y la incertidumbre del camino que debo seguir invadió mi cuerpo.

El cáncer duele y el cuerpo lo siente, pero el dolor del temor, la angustia, la agonía, los momentos que nunca llegarán es como un constante balde de agua fría recorriendo mi cuerpo, escalofríos van y vienen y me siento flotar en el aire, oigo murmullos a mi alrededor, algunos ciertos otros imaginarios, todos aquellos bellos momentos que he vivido aparecen, recuerdo los juegos de niña en mi infancia, los primos haciendo rondas y cantos, yo con las rodillas manchadas de tierra y mis trenzas flojas y desatadas, recuerdo los baños qué me daba mi madre, sus caricias y las oraciones antes de dormir, y de pronto la conciencia llega a mi, en ésta casa qué comparto con mi marido, mi cómplice, el qué sabe que el fin es inevitable, y que aún mis pequeñas hijas ignoran, la lucidez llega a mi y me animo a hacer un pastel para compartir en familia, tengo poco tiempo y deseo crear momentos lindos, no se si es ego o querer dejar huella, se que mis hijas me recordarán pero quiero ser una buena madre, quiero que me recuerden feliz y no con ésta agonía qué cargo por dentro. 

De repente entre la mezcla de la harina las lágrimas corren por mis mejillas y me pregunto ¿Porqué a mi? ¿Qué mal hice? Aún no estoy preparada, me vuelvo a reponer y me digo a mi misma lo afortunada qué soy al saber lo que la mayoría de la gente ignora, se con certeza qué el final ésta cerca y aprovecharé hasta donde esta enfermedad me lo permita, los dolores del cuerpo son como flagelaciones qué no puedo evitar, pero los dolores del alma si y la vida no me ha vencido, de pronto recordé aquella vieja película llamada “Quédate a mi lado” qué alguna vez me hizo llorar, un pensamiento angustiante revoloteando mi cabeza es si tendré el valor para  decirle a las niñas que su mamá no estará en esa adolescencia, no tengo nada seguro, el tiempo se agota y llega el momento de enfrentar ésta verdad con ellas, que es justo hacerles saber ésta dura realidad, ellas a su corta edad tendrán la oportunidad de decidir como quieren pasar éste tiempo conmigo, si tristes , enojadas, con temor, angustia o les enseño a vivir hasta morir.

Psic. Olga Vera Hernández

 



Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *