Muertes inesperadas, muertes sin despedida

Muertes inesperadas, muertes sin despedida

“Puesto que algo/alguien más murió es posible que yo también lo haga”.

Las muertes a destiempo rompen con las expectativas individuales del sobreviviente, aquellas muertes que ocurren por un desastre, imprevistas, violentas  denigrantes no dan tiempo a las personas a irse preparando para recibir la noticia sobre la muerte de un ser querido, no quiero con esto decir que se minimiza el dolor de quienes viven un duelo anticipado, pero sí es notoria la diferencia en el proceso.

 

Un aspecto muy importante que se ha mencionado en otros artículos es la forma en notificar esa noticia, por ejemplo hoy en día con la situación que vivimos, muchas personas han estado muriendo y queda en cuestionamiento, si los profesionales saben comunicar a los familiares sobre la muerte de su ser querido.

 

¿Cómo debe estar preparado el portador de la noticia?

No acobardarse

No verse apresurado

No dar explicaciones intelectualizadas a la familia

No ponerse a la defensiva ante la reacción de los familiares.

No sentir culpa

 

Hacer la diferencia y ayudar al otro a amortiguar el impacto de la noticia es tan importante y todo queda en la manera en que se dice, lo correcto sería presentarse frente a la o las personas, decir su nombre y su puesto, explicar lo que ha ocurrido incluyendo que profesionales estuvieron atendiendo a la persona de la manera más rápida y eficaz posible, explicar cómo se encontraba la persona antes de morir y tratar de dar consuelo a los familiares al decir que no sufrió mucho, explicar la gravedad de la situación y finalmente decir que lamentablemente no pudo sobrevivir.

 

Días de pandemia.

Sophie era la hija de Sigmund Freud…

“Esta tarde nos dieron la noticia de que la neumonía por el virus de la influenza nos arrebató a nuestra dulce Sophie. Nos la arrebató a pesar de que tenía una salud radiante y una vida plena y activa como buena madre, todo en cuestión de cuatro o cinco días, como si nunca hubiera existido”, eso escribió Freud al pastor Pfister en 1920.

 

Después de la muerte de su hija él hace una publicación respecto al duelo, y me parece la mejor manera de comprender que un duelo no es algo generalizado, igual para todos, que ha de tener un corte, que ha de seguir exactamente ciertos periodos, que debe ser forzosamente en tantos meses o años determinados, pues cada uno lo llevamos como nos es posible.

 

“Sabemos que el dolor agudo que sentimos después de una pérdida seguirá su curso, pero también permanecerá inconsolable y nunca encontraremos un sustituto. No importa lo que suceda, no importa lo que hagamos, el dolor siempre está ahí. Y así es como debería ser. Es la única forma de perpetuar un amor que no queremos abandonar”.

 

En nuestra actualidad vivimos muertes sin despedida ¿Qué podemos hacer?

Antes de  la situación que vivimos actualmente, se podía observar la gran diferencia que existe por ejemplo entre los pueblos y las ciudades a la hora de vivir un duelo.

 

No sé si  habían notado pero por lo menos en algunas ciudades, se estaban dando más cortos los tiempos de velación, acelerar el proceso para evitar costos extra que algunas personas no pueden pagar, es decir hacerlo rápido. En algunos pueblos se acostumbra todo un ritual de días, de ceremonia, de misas, incluso de marcha por las calles, preparar el cuerpo para esperar a los familiares que llegan de viaje entre otras cosas. Esto es importante ya que al saltar estos rituales no se puede procesar bien lo que ha sucedido, aquello que muchos hacemos, ir a ver en repetidas veces el cuerpo dentro del ataúd tiene que ver con tratar de comprender una y otra vez que la persona ha partido, y al mismo tiempo nos enfrenta con nuestra muerte, asimilar que un día moriremos también.

 

Y justo ahora queda de cierta manera en pausa, el duelo para quienes han perdido a alguien a causa del virus, hay expectativa, angustia, saber si mi familiar que ha fallecido por ese motivo y entonces tengo que esperar una cantidad de días para saber si también yo fui o no fui contagiado y me pueda suceder lo mismo.

 

¿Qué se puede hacer?, Dejar que el duelo siga su curso con los recursos que se tienen al momento, apoyarse en la comunidad y familia por los medios de comunicación que tenemos, hacer el pre ritual de su elección que podrá seguir una vez finalizada la pandemia donde podrá reunirse y sentir la cercanía de los suyos, mientras tanto sin duda se recomienda buscar atención, acompañamiento psicológico vía telefónica o en línea, es importante hablar de lo que siente.

 

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Escrito por: Anabel Sauceda Balderas, Psicóloga y Psicoterapeuta

 

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