Vivir con un familiar que lucha contra el cáncer

Vivir con un familiar que lucha contra el cáncer

Todos queremos lo mejor para nuestra familia, verlos realizados, cumplir sus metas y felices. Pero todo parece caer cuando todos estos deseos que les tenemos se pueden ver truncados por una enfermedad, una enfermedad como el cáncer que puede acabar con la vida de quien más queremos.

 

La noticia

 

Sabemos que el cáncer existe y que acaba con miles de vidas, sin embargo algo en nuestra mente nos hace creer que esas son situaciones ajenas a nosotros, que no nos va a suceder y el día que esta noticia llega a nuestra familia nos sentimos de todo menos listos para enfrentarlo.

 

¿Cómo apoyar a nuestro familiar?

 

Si para nosotros es difícil recibir la noticia, no podemos imaginar lo que siente la persona que padece la enfermedad. Su mente está llena de miedo e incertidumbre, entonces es cuando debemos de mostrar la fuerza que no imaginábamos que teníamos.

 

Darle todo el amor posible

 

Va a haber momentos muy difíciles, tanto psicológicos, como físicos, y lamentablemente no podemos hacer nada para cambiar la situación. Lo que sí podemos hacer es darle amor a nuestro ser querido, mucho amor.

 

Abrazarlo, a veces sin decir nada. Llorar con ellos cuando sea necesario. Decirle lo mucho que lo admiras por su fuerza. Decirle mil veces lo mucho que lo quieres.

 

Aceptar el deterioro físico

 

Ya sea consecuencia de los tratamientos o el paso de la enfermedad en general, el deterioro físico de nuestro familiar es inevitable, pérdida de peso, color de la piel, reacciones en todo el cuerpo, entre muchas otras señales de lo que se está viviendo el cuerpo.

 

Erróneamente muchas personas consideran como principal señal del cáncer, la pérdida de cabello. Lo ven como si perder el cabello fuera pérdida de vida y es al contrario. Esta es tan solo una señal de que se está luchando para vencer la enfermedad.

 

Nosotros como familiares lo tenemos que ver como una etapa, como un proceso necesario para que nuestro ser querido pueda salir adelante y regresar a la normalidad más fuerte que nunca.

 

Pensar positivo

 

Esto puede parecer imposible cuando se vive una situación así, pero de verdad hace la diferencia. Si nosotros no mostramos positivismo, menos lo va a poder mostrar nuestro familiar.

 

Está comprobado que hay muchas más posibilidades de vencer esta enfermedad si se tiene una buena actitud y nosotros hay que mostrarla de ser posible en todo momento.

 

Aceptar que no todos entienden lo que estamos viviendo

 

Cuando vivimos esta situación, quisiéramos que la vida se detuviera, que todos entendieran nuestro dolor, que pudiéramos desconectarnos de todo y regresar a nuestra vida cuando estemos listos, pero no es así.

 

La vida sigue, nuestras responsabilidades siguen y las personas que forman parte de nuestra vida también nos siguen necesitando. Parte de nuestra fuerza tiene que estar enfocada en eso, en sacar la fortaleza necesaria para seguir funcionando.

 

Pensar que los demás entienden lo que sentimos es un error, hay que dejar que nos apoyen pero no exigir nada, en realidad nadie está obligado a darnos un apoyo que nos cure emocionalmente, porque solo nosotros mismos podemos lograr sanar.

 

Vivir el proceso de apoyo pero no olvidarnos de nosotros mismos

 

Muchas veces nos descuidamos y cuando este proceso termina, pensando positivamente en que con un resultado favorecedor, nos encontramos perdidos, hemos perdido amistades, hemos perdido hábitos que nos hacían felices y hasta también nos hemos descuidado físicamente o nuestro propio cuerpo también ha tenido reacciones a causa del estrés.

 

Lo ideal sería que durante este proceso tratáramos de darnos espacio para que esto no nos sucediera. Pero si ya nos pasó es importante darnos el tiempo de volver a encontrarnos, de retomar lo que disfrutábamos y de recuperar todo lo que quizá pudimos descuidar en el proceso.

 

Temer por la vida de alguien a quien amamos siempre será una de las situaciones más difíciles que se pueden enfrentar, lamentablemente esto le puede suceder a cualquiera y hay que vivir el proceso con unión familiar y mucho, mucho amor.



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